LA MADRE RUSIA, EL TIO SAM Y EL RESTO DE LA FAMILIA ǀ Armando García


El patriotismo es la virtud de los depravados
Oscar Wilde 

¿Qué nos define como miembros dignos de nuestra sociedad, de nuestra herencia cultural? ¿Nuestro sentido patriótico, un fetiche por las tradiciones y costumbres del país donde vivimos? En The Americans, la nueva serie de la cadena FX, dos agentes rusos encubiertos como una pareja casada en los Estados Unidos durante la guerra fría, se debaten entre el estilo de vida y la carga del deber.

Comparaciones pueden abundar sobre la trama de esta serie: Homeland, por supuesto, es el referente inmediato. Sin embargo, el personaje interpretado por Matthew Rhys, Phillip Jennings, es un hombre completamente diferente al de Nicholas Brody.  Phillip vive una vida ordinaria, con hijos y las diferentes actividades que conforman ser un padre de familia en Estados Unidos. No obstante, él y su esposa son agentes de la KGB y su trabajo de 9 a 5 es luchar contra la amenaza capitalista americana.  ¿Cuánto tiempo podrá mantener esta farsa norteamericana, separado de sus creencias socialistas? Philip es un hombre seducido por las promesas del American Dream, una ideología que promete seguridad para él, su esposa y sus hijos.

Mientras se prueba un par de botas vaqueras en una tienda departamental, vemos cómo Philip baila unos pasos de squaredance, una alusión a uno de los estereotipos norteamericanos más reconocidos en nuestra cultura. “Nadie usa zapatos de vaquero, papa” le dice su hija (quien al igual que su hermano menor, es ignorante de las verdaderas identidades de sus padres). ¿Podemos interpretar la compra como un capricho? ¿Phillip comienza a encontrar comodidad dentro del sistema capitalista norteamericano, un sistema que ante sus ojos presenta una alta gama de oportunidades para sus hijos?

Otro momento significativo es cuando Philip, tras llevar a su hijo a su escuela primaria, se ve obligado a recitar el himno nacional de USA: mientras le canta su lealtad a la bandera de franjas y rayas, observa un dibujo de un satélite ruso, su mirada fija en la estrella roja, símbolo del país al que debe su lealtad.

Podríamos argumentar que la serie tiene una agenda secreta de vendernos el estilo de vida norteamericano como el estilo de vida ideal. Pero más allá de dicho percepción superficial, encontramos un thriller psicológico donde dos padres deberán realizar sacrificios para mantener a ellos y a su familia (un par de chicuelos inocentes) a salvo. Como dice la canción de Phil Collins que se escucha durante uno de los momentos claves de la serie: “I can feel it coming in the air tonight”.
The Americans promete una serie donde el enemigo se encuentra “en casa”, como le expresarlo a muchos de los paranoicos; sin embargo, esto no es lo único que nos ofrece. El show nos permite observar cómo dicho “enemigo” se ve seducido por las costumbres y tradiciones de las cuales se ve obligado a participar para vender su farsa. Traición, sexo y engaño son algunas de las herramientas que Phillip y su esposa utilizan para llevar a cabo su misión: ¿hasta dónde podrán ellos engañarse antes de que comiencen a aceptar las delicias de una mentira que tanto promete?






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